" Uno escribe su propia vida, sólo que, por pudor, la escribe en jeroglífico."
Francisco Ayala.

17 jun 2010

Qué circo. Cuánta risa.

Vive. Y ríete de las penas. Jaja. Mira el mundo desde fuera. Qué circo. Luce tu nuevo peinado. Cabellos al viento. Y ríe. Ríe. Canta. Llora. Mira al mundo de pies a cabeza. Bonito circo. Jaja. Y ríete de los que piensan demasiado. Y aún más de los que no piensan. Demasiada risa para mis pulmones. Respira. O deja de hacerlo. Morirás igual. Gracioso. Qué mundo. Que circo. Qué risa. Qué pena. Jaja. Bonito peinado señora. Baila. Siente el ridículo en tus venas. Y ríete de ellos. De los que no lo sienten. Jaja. Y un globo que vuela allá en lo alto. Viva la globalización. Qué planeta. Mestizaje. Bonita mezcla. El negro es un color elegante. Cuánta hipocresía. No tengo dinero. Hay crisis. Jaja. Menudo circo. ¿Fumas? No, lo estoy dejando. Bah, tonterías. Y más risa. Jajajajaja. Huellas. Pasos. Andadas. A ningún lado. Vueltas y más vueltas. Bonito planeta. Pero siempre el mismo. Cómo cambian las cosas. Jaja. Risas. Los árboles seguirán creciendo sin ti. Créelo. Qué desgracia. Pobre hombre. Viva nuestro circo. Ponte el disfraz de persona importante. Vaya cuadro. Lo que hay que oír por ahí. No oigas. Pero haz algo. No, mejor, no te muevas. Búrlate del destino. Que nadie te diga lo que has de hacer en esta vida. Vaya circo nos han montado. ¿Por qué? ¿Para qué? Si no sirve de nada. No te muevas. Pasividad. Mira al mundo cara a cara. ¿Para qué? Para nada. Sencillo. Muere. Y monta tu propio circo. Jaja. Risas y más risas. Qué bonito. Cuánta gente. Cuántos enanos. Sí, es lo que tienen los circos. Gente y más gente. Toda insignificante. Menudo circo. Cuánta risa.

Te me escapas.

Tú te me escapas. Como el ave que vuela no sabe dónde. Te me escapas. De nuevo. Una vez tras otra. ¿Y qué hago yo? Esperar a que vuelvas. Pero esta vez sé que nunca lo harás. Te me escapas. Y vuelas. Hacia no sabes dónde. Vuelas. Libre. A tu aire. Y nunca volverás. Y te vas. Te alejas aún más. Rio abajo. Como el agua que corre. Corriente de agua. Libre y clara. Retenerte siempre ha estado bien. Pero ahora es diferente. Porque nunca volverás. Y te me vas. Te escapas. Y te dejo ir. Involuntariamente. Para que corras y seas feliz. Como siempre lo has sido. Y ya nunca volverás. Porque no. Porque no lo deseas. Y ya no estarás a mi alcance. Para verte siempre que quiera. Para hablarte. Y escucharte. Porque la vida cambia. Pero el pasado nunca muere. Y siento que te pierdo. Cada vez más. Y me echo las culpas. Para no sentirme tan mal. Y lloro. Lloro al pensar en ti. Lloro de nostalgia. Y dolor anticipado. Lloro por el mañana que nunca será. Y por el pasado que siempre fue. Y sonrío al pensar en ti. Porque fuimos felices. Y porque lo volveremos a ser. Me gustaría seguir tus pasos. Pero me contengo. Porque yo no sé volar. Y podría morir. Y te me escapas. Como siempre. Como nunca. Y ya no volverás. Nunca jamás. Y quisiera poder esperar. Pero no debo. Te vas. Para siempre quizás. Y quien sabe si te volveré a ver- Te me escapas como quien deja su hogar. Como quien vive su propia vida. Y yo no puedo-debo hacer nada. Porque no. Porque no puedo. Porque no debo. Porque, yo, ya te doy por perdido.