Ha hecho la comida. Pescado y patatas. Para dos. Pero hoy solo comerá uno. Él se desespera. Cada día más. Cuando anochece y termina el día. Y ella aún no ha llegado. Los días pasan lentamente desde que está en la isla. Esa isla mágica. La isla de sus sueños.
Ella siempre le hablaba de la isla. Aunque nunca había estado allí soñaba con que alguien la llevase algún día. Quizás el hombre de su vida.
Por eso cuando él se decidió a hacerlo pensó que sería la mejor forma. Pensó que ella llegaría poco después. Pero han pasado tres días y aún no ha pasado por allí.
Él sabe que llegará. No sabe cuando, pero llegará.
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