" Uno escribe su propia vida, sólo que, por pudor, la escribe en jeroglífico."
Francisco Ayala.

7 feb 2010

Débiles

Débil. Cada vez más débil. Me siento débil. Débil frente a tanta gente fuerte. Gente fuerte que te sonríe fácil. Tú, que te sientes débil, sonríes difícil. Y fuera de aquella situación, gente fuerte que sonríe fuerte y fácil, que te habla sereno y fácil. Que parecen no tener debilidad, que sonríen y hablan y te miran seguros. Y quisieras ser como ellos. Fuertes, serenos, seguros, fáciles. Admiras su serenidad frente a las cosas difíciles, su fácil manera de actuar, su sonrisa frente a las situaciones extremas. Y sigues queriendo ser como ellos. Ellos de pie, firmes, en la Tierra, en el mundo. Tú sentada, frágil, debajo de todos ellos. Mirándolos desde muy, muy abajo. Viendo cómo te sonríen desde muy, muy arriba. Fuertes. Ajenos a tu debilidad.
Y un día descubres algo en uno de ellos. Su forma de mirar, de mover su cuerpo, de escoger las palabras. Algo de lo que nunca te habías percatado antes. Observas. Observas a cada una de las personas que te rodean. Y descubres ese algo, el algo que todos esconden, que tienen miedo a que otros descubran. Su secreto. Y entonces les miras fuerte, segura, serena, fácil, pero débil y frágil a la vez. Y descubres su verdad, su debilidad. Débiles. Porque lo son, sí, lo son. Son débiles. Igual que tú, que yo, que todos. Y ellos jamás han notado tu debilidad, tu miedo a que la descubrieran, tu vergüenza. Porque son igual de débiles que tú. Todos y cada uno de nosotros somos débiles y es eso lo que nos hace más fuertes que nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario