Y el día en el que la felicidad dejó de significar para mí todo lo que había significado hasta entonces. Ese día. Me dí cuenta de que tenía mucho, mucho, mucho más que otros. Otros para los cuales el significado de felicidad aún es anticuado e insignificante en comparación a la verdadera felicidad. Una verdadera felicidad que radia en los que la poseen. Y esta verdad no está en las cosas materiales ni mucho menos, sino en las personas. En esas personas que tenemos siempre cerca y nunca, nunca te fallan de verdad. Da lo mismo si son amigos, familiares o parejas sentimentales, son PERSONAS cualquiera las que nos traen la felicidad suprema.
Que la verdadera felicidad reside en las personas cercanas es tan cierto como que reside en el interior de cada persona. Las personas deben sacar esa gran felicidad que todos llevamos dentro y que nos hace renacer cuando creemos todo perdido. Porque, sí, está, está ahí, en lo más profundo del ser. No existen personas afortunadas o desafortunadas sino personas que son felices con poco o con mucho, o lo que es lo mismo personas que conocen la verdadera felicidad o que no.
Y sí, es cierto, todos nos hemos sentido tristes alguna vez, hasta aún conociendo esta verdad, pero es inevitable. Primero porque si no conocemos la infelicidad, ¿cómo vamos a ser capaces de conocer la felicidad? Y segundo, porque debemos desengañarnos, la felicidad eterna no existe. No siempre podemos ser felices. Y señores, creo que conociendo primeramente esto, ya podemos llegar a ser muy felices.
Debemos valorar lo que tenemos y pensar que siempre habrá gente que tenga menos que yo. Porque la felicidad no se mide en nivel de comodidad sino en nivel de cosas realmente valiosas como son las personas.
La principal verdad que existe sobre la felicidad es que reside en las personas. Reflexionad si no, ¿que es lo que sentimos cuando perdemos a una persona realmente importante para nosotros, sentimos que le hemos dañado, que nos ha defraudado o le ha sucedido algo que le ha arrebatado por un tiempo la felicidad? Sí señores, infelicidad.
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