1 nov 2011
Suya.
12 oct 2011
Playas V
10 oct 2011
Playas IV
5 sept 2011
Lágrimas convertidas en sonrisas.
22 ago 2011
El ocaso del odio.
16 ago 2011
Lo que él sí sabía.
9 ago 2011
Lo que él no sabía.
29 jul 2011
Las cosas que nunca te dije.
La noche del once de junio estaba sentada en el suelo de la calle, comentando con dos amigos lo dura que se nos hacía a veces la vida. Los miedos y las inseguridades. Y entre tanto pensamiento y comentario amargo... me acordé de ti.
Me acordé de ti justo esa noche. Y lo dije, te juro que lo dije... Dije que te echaba de menos, y que te quería mucho.
Me preguntaba cómo te había ido la selectividad, más tarde supe que nunca la llegaste a hacer.
Lo que no entiendo, amiga mía, es como una persona como tú ha llegado hasta esta situación.
Siempre había admirado tu fortaleza, tu manera de ver el mundo y esa personalidad tan fuerte que parecía que nadie la podría destruír. Te prometo que sé que tú no eres así. Te prometo que ya no te admiro. Y ahora, te vas a callar y me vas a escuchar.
Ya no te admiro porque soy incapaz de admirar a alguien que se deja arrastrar por una persona tan miserable. Porque soy incapaz de admirar a una persona que ha caído de lo más alto solo porque ella ha querido. Porque estás haciendo mucho daño a las personas que más te quieren en este mundo. Porque te has jodido la vida.
Y debes saber, querida amiga, que no, tú no eres una persona madura. De hecho, en estos momentos, eres la persona, mayor de edad, más inmadura que conozco. Una persona madura no abandona su casa, no deja su vida así porque sí. Lo has tenido todo, todo en esta vida. Tienes una familia estupenda y no te pienso permitir que lo niegues una vez más. Una persona madura sabe qué es lo que le conviene y lo que no. Sabe lo que es ganarse la vida de verdad. Porque lo que tu haces no es ganarse la vida. Ganarse la vida es trabajar, y si hace falta, hasta que te sangre el cuerpo de tanto trabajar para poder comer y dar de comer a tu familia. Ser una persona madura es quererse a sí misma y a los demás. Ser una persona madura no es destruirse para acabar muerto a los treinta y pico. Ser una persona madura no es meter a sus amigas en movidas de personas miserables. Ser una persona madura no es ser egoísta. Ser una persona madura no es alardear de ser una persona madura.
Y ahora para, y mira a tu alrededor... Puede que no estés de acuerdo con el sistema, que no te guste lo convencional, que la vida de las personas que te rodeen no sea de tu agrado y no compartas ideas políticas con ellas. Muy bien, sé lo que es eso. Pero te juro, que esas personas que he citado antes son muchísimo más respetables que tú, porque puedo estar segura de que la mayoría tiene lo que se ha merecido en esta vida, por su esfuerzo y su dedicación. Tú no vas a conseguir nada bueno.
Se pueden cambiar las cosas de manera más inteligente, como lo ha hecho la gente respetable en este mundo, en este país. Tú nunca serás respetable. Ya no.
La noche del once de junio fue una noche especial. Lo malo vino después.
14 jun 2011
Nada se pudo hacer.
9 jun 2011
Las cosas que me gustan.
2 jun 2011
Playas III (1)
18 may 2011
Amor a primera vista.
- ¿Perdona? Eso no es posible. - Dijo ella mientras reía incredula.
- Claro que es posible. A mí me ha pasado. ¿Nuncas has oído hablar del amor a primera vista?
- Lo siento, pero no creo en eso.
- Yo sí. Me acaba de pasar. Y conforme avanza esta conversación me doy cuenta de que estoy en lo cierto.
15 may 2011
Para los que dedican canciones.
La música es capaz de sacarme una sonrisa y darle la vuelta a mi corazón. Capaz de ponerme los pelos de punta. De hacerme soñar.
Soy de las que escucha música alegre para sentirse mejor. De las que se ponen música triste cuando les apetece recordar. De las que escuchan música antes de salir, para motivarse.
Soy de las que tienen una canción para cada momento. De las que piensan que lo más importante de una canción es la letra. Lo que cuenta. Lo que transmite.
Soy de las que son felices escuchando música. De las que no tienen una canción favorita. Sino veinte. Treinta. O mil. De las que su vida es como una canción
Soy de las que les gusta dedicar canciones. De las que sueña con que le dediquen canciones.
14 may 2011
Adelante.
Muchos pasos, a veces demasiados. Siempre hacia adelante. Con la cabeza bien alta. Y la sonrisa de oreja a oreja.
Caminar hacia adelante. Sin arrepentirse de nada. Porque todo sucede por algo. Porque si no es feliz, no es un final.
Caminar hacia adelante sin ver que estás caminando hacia adelante. Caminar hacia adelante sin dejar de mirar hacia atrás. Porque un futuro no se construye sin un pasado. Porque el pasado no se debe olvidar.
Yo camino hacia adelante, de eso estoy segura. Porque me gusta pensar que no existe un final. Porque mi vida se desarrolla en continuo movimiento. Porque solo así puedo ser feliz.
10 may 2011
Sergio Morales Redondo.
Sonrisas que nacen solas cuando me hablas de lo bueno. Y hasta a veces, de lo malo. Y... ¿Cómo no agradecértelo todo?
Gracias por las sonrisas. Y por las noches sin dormir, hablando de lo dura que nos es la vida a veces.
Gracias por las ilusiones, siempre compartidas. Las risas. La felicidad. La esperanza.
Gracias por los llantos, las desilusiones. Los abrazos. Y los consejos.
Como ya te he dicho, esta es una carta de agradecimiento. Y por ello te doy las gracias.
Gracias por estar siempre ahí. Por escucharme, por apoyarme siempre.
Por ser como eres, con tus defectos y virtudes.
Por los sueños. Por tu sonrisa.
Por los momentos buenos, y por los malos. Por confiar en mí. Por creer en mí.
Gracias, Sergio, por enseñarme tanto. Por aprender de la vida conmigo.
Gracias por crecer junto a mí.
Gracias por ser mi amigo.
Te quiero mucho, Susana.
Felices dieciocho.
9 may 2011
Susana Bailén.
Susana Bailén es la que llora a escondidas. La que llora por nada. También es la que ríe a todas horas, en los momentos menos oportunos. La que ríe hasta parecer una tonta.
Susana Bailén es la tonta, fea y torpe. La que hace cosas sin pensar. La que mete la pata, hasta el fondo.
Susana Bailén no sabe hablar de sus virtudes. Solo ve defectos. La que se odia a sí misma.
Susana Bailén no sabe callar. Dice cosas sin pensar. Sin pensar en las consecuencias.
Susana Bailén es un poco bipolar. Puede ser antipática y simpática a la vez. La borde. La apática. La egoísta. La egocéntrica.
Es la tonta, fea y torpe. La que lo hace todo mal. La mal amiga. La peor hija.
Susana Bailén es la que siempre sufre por amor. La eterna despechada. Susana Bailén es la que se ve muy sola. Incomprendida. Absolutamente sola.
Susana Bailén no sabe decir basta. Se siente mal por todo. Susana es la quejica. La niñata caprichosa. La cabezota.
La que no es capaz de levantarse cuando cae. La débil. Susana Bailén es muy débil. Sensible. Es la mujer llena de cicatrices. Susana Bailén es la cobarde, la que huye. La que no se enfrenta a los problemas. La que solo sabe llorar. La que se mete en su cama y ya no sabe salir.
Susana Bailén es la que no sabe vivir. A la que le cuesta vivir.
Susana Bailén es la que no quiere reconocer un error y lo hace todo mal.
La que llora siempre.
La tonta, fea y torpe.
La débil.
Susana Bailén soy yo.
28 abr 2011
Cuando sobran las palabras.
25 abr 2011
Sucede que a veces...
Sucede que a veces la vida se complica. Y el aire se vuelve imposible. Las palabras no alcanzan. Y todo es muy triste.
Sucede que a veces no estamos preparados para vivir. Y es complicado. Complicado de explicar y complicado de entender. Y te sientes sola, tan sola que pareces no existir. Que el mundo se ha olvidado de tí. Que tú no mereces estar aquí. Y quieres huir, huir muy lejos. A otro lugar. Donde alguien sea capaz de entenderlo. De entender que te cuesta vivir. De entender que te sientes muy sola.
Sucede que a veces tienes tantas ganas de huir que quieres morir.
19 abr 2011
Patriota de este país.
No eres más español por llevar una bandera en la muñeca. Ni por gritar "Arriba España". Odiar a catalanes y vascos no te hacen más español.
16 abr 2011
Nada más.
11 abr 2011
Vida nueva.
7 abr 2011
Él y su sonrisa.
Por aquel entonces no era complicado vivir. Solía pasar las mañanas en el instituto. Las tardes las dedicaba a estudiar, y si tenía tiempo... le dedicaba unos minutos a aquella sonrisa. Por aquel entonces yo era feliz. Muy feliz. Me gustaba reir a su lado. Llorar era menos triste si él me abrazaba. Y los días pasaban muy rápido.
Aún recuerdo su voz susurrando mi nombre. Y las noches enteras sin dormir. Imaginando que vendría y me contaría lo mucho que me quería.
La vida era fácil por aquel entonces. No necesitaba más que su sonrisa. Su sonrisa y él.
No recuerdo muy bien que llegó a pasar. Lo que recuerdo es que todo terminó. Terminó como acaban las cosas bonitas. Terminó como todo en esta vida.
Ha pasado mucho tiempo, y aún recuerdo el perfume de su cuerpo. Porque las historias bonitas nunca acaban. Porque en nuestros recuerdos caben más sonrisas que lágrimas.
Ha pasado mucho tiempo. Muchas cosas han cambiado. Otras no. Pero aún recuerdo las cosas bonitas. Y si fuese con él. Yo con él siempre lo intentaría.
2 abr 2011
Segundas oportunidades.
Para intentar se feliz. Para ser feliz.
Porque nadie sabe qué nos deparará el futuro. Y eso solo se sabe viviendo. Apostando. Apostando por que las cosas salgan bien.
Segundas oportunidades que se dan, nos dan y nos damos.
Y tú, ¿me darías una segunda oportunidad?
Y yo, ¿me daría una segunda oportunidad?
Nunca se sabe...
28 mar 2011
El sexo sin amor.
Después del sexo todo se ve distinto. Incluso nuestra pareja nos puede resultar distinta. Quizás, hasta más bella. Quizás, hasta la única hermosa.
- Quizás esto que te vaya a decir pueda estar fuera de lugar y de hecho, disculpa si te sienta mal, pero... te quiero.
Y ella... no puede evitar echarse a reir.
- Repitelo.
- Te quiero. Pero tomate esto en serio, por favor.
Y lo mira, y se enternece. Nunca lo había visto así. Y le gusta, le gusta mucho.
- Me lo tomo mucho más en serio de lo que crees.
- Me alegro. - Y suelta una sonrisa, por fin. - Pero no me has dicho nada...
- ¿Qué quieres que te diga?
- Pues no sé... si tú me quieres...
- No me lo has preguntado. Pregúntamelo.
- ¿Me quieres?
Y entonces esboza una sonrisa de esas que le dejan mudo.
- Sí, te quiero.
28 feb 2011
Por amor al arte.
Cuando salimos del museo, Elisa parece algo distraída. Ojea algunos de los folletos que nos ha dado la recepcionista. Dentro, parecía ilusionada. Pero, aún así, tengo ciertas dudas sobresi le habrá gustado. Hacer arte e intentar lugar es complicado. No todo el mundo lo entiende.
- Y bueno... ¿qué me dices? - Me mira extrañada.
- ¿Qué quieres que te diga? - Pero su respuesta me extraña más a mí.
- Mmm... No lo sé. ¿Te ha gustado?
- ¿Me tiene que gustar? - Me sonríe.
- No lo sé... - Y ya dudo de casi todo.
- Dime una cosa... ¿qué entiendes tú por arte, Fran? - Me deja estupefacto.
- Pues... cualquier cosa digna de estar en un museo. Sí, es eso ¿no?
- ¿Y una sonrisa? ¿Una sonrisa es digna de estar en un museo, Fran?
Y no sé qué contestar. Me ha dejado sin palabras. ¿Una sonrisa? Pues no sé. Supongo que no. No sé qué prentende.
- Porque a mí, a veces... - prosigue Elisa.- tu sonrisa me parece arte. O cuando escucho la risa de Carlota. O los ojos de la chica del mostrador ¿recuerdas? - La verdad es que no, en ese momento observaba otros ojos. - A mí esos ojos me parecen arte. En cuanto los he visto he sentido una especie de placer, indescriptible. Arte es todo aquello que te hace sentir cosas, que te revuelve el estómago. Aquel documental que vimos sobre Palestina, era durísimo y me hizo sentir mal, muy mal. Pero me hizo darme cuenta de la situación allí. Arte es aquello que las personas hacen sin pensar. Por amor al arte. Como tú con esas esculturas. O yo misma cuando escribo. Arte es aquello que te hace pensar, reflexionar. Y cambia algo en ti. Te hace sentir. Pero el arte no tiene que gustar. El arte tiene que emocionar. Que hacer sentir.
- Vale, entonces... ¿te ha hecho sentir?
Elisa se echa a reír y echa a andar. Y yo, no puedo evitar pensarlo. Es perfecta.
24 feb 2011
Correr.
16 feb 2011
Dieciocho.
14 feb 2011
Me amo.
8 feb 2011
Ocho de febrero de 2011
No sé como empezar, ni como continuar y menos aún como terminar.
Pero sé qué tengo y qué no. Y hoy, ocho de febrero de 2011, me faltan muchas cosas.
Entre ellas, la más importante, la más presente, tú. Y no sé como empezar, ni como continuar y menos aún como terminar, pero lo cierto es que sé que me haces falta. Que no te tengo.
Y es duro vivir sabiendo eso. ¿Sabes? Seguro que lo sabes... Y seguro también que lo sientes. Pero me dejaste sola aquí, en este mundo difícil y absurdo. Este que jamás lograré entender.
Me dejaste sola y jamás lo lograré entender.
Y la verdad es que no sé como empezar, ni como continuar y menos aún como terminar. Aunque si sé que contigo las cosas irían mejor. Yo sería mejor persona. Y tú estarías orgulloso por ello.
También sé que todo lo que hago es para complacerte. Para que estés donde estés te sientas orgulloso de mí. De como soy.
Todo esto es muy difícil desde que no estás. Y sé que lo sabes.
No sé como empezar, ni como continuar y menos aún como terminar. Solo sé que te echo de menos, y que nunca jamás te olvidaré.
Te quiero, Susana.
2 feb 2011
El don.
Creía en ella, como no había creído nadie antes. Y por eso pudo ser feliz, porque sabía que tenía ese don especial que no todos sabían valorar. El don de los fuertes y los sabios. Ese que se aferra al corazón más rebelde. El que hace a los hombres luchar.
Por eso nunca se rindió, porque sabía que algún día lo conseguiría.
30 ene 2011
Ni hablar.
29 ene 2011
Ignorancia.
27 ene 2011
25 ene 2011
Playas II
Y se sumerge bajo el agua. De pronto, como por arte de magia, surgen a la superficie pequeñas burbujitas.
- ¿Las has visto?
Su pelo rubio, mojado, cae sobre su cara. Y ella, con la sonrisa en la cara, se lo aparta hacia atrás.
- ¿Las has visto? Si quieres hago más...
Y se vuelve a sumergir antes de que yo diga nada. Parece pequeña y frágil, pero solo yo sé que no lo es del todo.
- ¿A que es divertido?
Parece tan feliz con sus burbujitas que siento miedo. Ríe. Ríe sin parar. Y se sumerge en el agua. Bucea un rato. Y luego vuelve. Se abraza a mí, como una lapa, ansiosa de cariño. Y se lo doy. Porque en estos momentos, todo mi amor es su suyo. Todo el amor que guarda en su pequeño cuerpo me basta para vivir. Y su risa, su risa es mi alimento.
- Mamá, ¿cuánto tiempo nos vamos a quedar aquí?. - Dice enrollada en la toalla.
- Ahora vivimos aquí, cariño.
- Me gusta este sitio. El hombre del bar me ha dicho que aquí siempre es verano. ¿Es verdad?
- Sí, de algún modo, sí.
- ¿Y papá? ¿Va a vivir aquí papá?
- No, cariño, papá se queda en Madrid.
Y al decir eso, noto la tisteza en su cara.
- Pero vendrá a vernos, Núria. Además, aquí la escuela es muy bonita, y la maestra es muy simpática. Y podrás nadar en la playa siempre que quieras, te lo prometo.
- Me gusta la playa. ¡Y nadar! - Y se echa a reír, como solo ella sabe hacer.
23 ene 2011
Playas.
-¡Cógeme si puedes!
Y echó a correr. Corría riendo. Por la arena. En aquella playa paradisiaca. Lejos de todo. Donde solo estaban ella y él.
Y él la observó correr durante unos segundos. Ese bikini le sentaba genial. Y su risa... su risa era su universo. Y entonces decidió ir tras ella. Tras la sonrisa más bonita del mundo.
Corrieron hacia mar, riendo, amándose. Y cuando él por fín pudo alcanzarla la rodeo con sus brazos y se hundieron juntos bajo el mar, abrazados. Nadaron solos durante horas, siempre juntos... dándose mil besos. Porque se querían. Se querían mucho.
- No quiero que esto se acabe nunca, ¿sabes?. - Dijo él mientras la besaba.
- Puedes estar seguro de que nunca acabará. ¿Sabes por qué?
- ¿Por qué?.- Y la estrechó más aún entre sus brazos.
- Porque lo que siento por ti no lo he sentido jamás. Porque sé que eres tú... Sé, que aunque a veces te odie, eres el amor de mi vida. Y jamás te sustituiré por nadie.
Y entonces él no supo que decir, solo pudo abrazarla... cada vez más fuerte.
A veces...
Y a veces creo que le echo de menos. Cuando llego a casa y sé que no va a llamar. Que no va a estar. Para regalarme su risa, y con ella el mundo entero. Para decirme que todo irá bien. Que él me esperará, porque siempre va a estar allí.
A veces, muchas quizás, sé que le echo de menos.
Pero otras veces, otras veces siento que él no es para mí, e incluso le llego a odiar. Que vivimos mundos distintos. Y que habrá alguien que me quiera más que él. Que él no me merece. Y que jamás me ha sabido querer.
Pero lo cierto es que le echo de menos, quizás algún día encuentre a alguien mejor que me sepa querer y en quien pensar siempre, pero ahora es él el que ocupa mi mente. Debo ser muy masoquista, pero me gusta pensar que algún día volverá a doblar esa esquina. Y volverá a hacerme feliz.